viernes, 7 de julio de 2017

Maternidad I

Me llegó un día y todo cambió. 

Qué desafío mas grande para la mujer! Una transformación y metamorfosis sin igual. Así la vivo yo. Hay días que pienso y pienso... cómo puede ser esto tan grande y poco lo compartimos en sociedad? cómo puede ser que la mujer viva esta experiencia y tanto en soledad? Y es una soledad muy extraña... podemos estar con allegados y familiares a la vuelta de la esquina o la casa llena de gente, pero así y todo, nos sentimos SOLAS. Por qué? Por qué paredes adentro hay algo que nos cautiva? Esa criatura de 80 cm que va y viene sin parar y yo quedo dando vueltas en el mismo lugar. La soledad que se siente en la maternidad es algo que no comprendo. Viene desde adentro. Eso lo sé. Como también sé, que cuando comparto mis días son mas alivianados. 

De repente, pasé a tener delante mío una enorme responsabilidad... y a cada instante!!! (literal!). Como si mi vida, estaría ya a un lado y poco me acuerdo de ella. Mi tiempo, mi atención, mi dedicación, mi creatividad, mi amor y energía, todo avocada a otro ser. Y cuando lo miro así, qué grandeza, no? Qué acto de generosidad y entrega. Claro que para llegar a ver esto, tuve que pasar el primer año en crisis, tratando de comprender qué era lo que estaba sucediendo. Sintiendo tantos hilos energéticos de mis ancestros y padres, diciéndome qué tenía que hacer. Creo que esto es lo que llamamos "puerperio" o "depresión post parto". Toda esta crisis de transformación y toda esa red de energía e información que nos entra por la nuca tratando de comandar nuestra nueva vida de MADRE. Y un pedacito de mi corazón, trata a gritos ser escuchado, tratando de hacer su sentir y hacer fluir Su energía, para poder ejercer este rol, de una manera más auténtica y verdadera. Pero en ese momento, el volumen es muy bajo. Se hace un choque y cortocircuito de informaciones. "lo que tengo que hacer" vs. "lo que siento hacer". Sumado también, todas nuestras debilidades a flor de piel. Teniendo frente a nuestras narices nuestros rincones más débiles para ponerle amor. Ése gigante amor que un bebé, o mejor dicho, nuestro hijo nos ofrece para sanar. Pero poco lo vemos así... y nos sentimos expuestas, grises, desorbitadas, confundidas y hasta, deprimidas. Tenemos en nuestra aura tantas energías moviéndose que no sabemos por dónde empezar. Y encima con tan poco tiempo para nosotras!!! 

Pero la buena noticia, es que pasa. Y creo, como toda crisis, que es necesaria para dar un salto en nuestra evolución y crecimiento. Aquél pozo negro y/o nube oscura sobre mi cabeza va quedando lejos. Hoy puedo comprender y sentir, que la maternidad está siendo la oportunidad más intensa para SER. Siento que me empuja a reinventarme, a no quedarme quieta, a justamente, hacer algo con mi propia vida. Y qué paradoja, creyendo que no tengo el tiempo ni la energía para hacerlo. 

La maternidad es el nacimiento y floración de nuevas habilidades!! Polifacéticas, atentas, amorosas, pacientes, maestras, cocineras y lo que cada uno descubra de sí misma!!! Tiempo al tiempo para poder ver todo lo que esta intensa profesión nos hace SER...!


No hay comentarios.:

Publicar un comentario